Aunque no hay historia escrita exacta del uso de rocas en los estudios del erudito, se sabe que han estado en uso como tal por por lo menos 1.000 años en China.
Durante el reinado de Empress Regent Suiko (592-628), las rocas erudito imperial chino de la corte primero del actual al Empress y su corte de Japón como regalos. Reflejando el gusto chino, estas piedras eran verticales, formado fantástico, con los dobleces y los huecos profundos, los agujeros del paso, las superficies altamente erosionadas, y convoluted formas. Las piedras de este tipo eran populares en Japón por muchos siglos y eran un artículo importante del comercio.
Este período temprano del desarrollo en Japón consideró estas piedras que eran apreciadas para su belleza natural y también para su simbolismo religioso y filosófico. Para los budistas, la piedra simbolizó el montaje Shumi, una montaña santa mítica; para Taoists representó Horai, el paraíso de Taoist. Para los believers en el chino philosopy de yin-yang, el sistema de la piedra en agua adquirió el simbolismo de dos que oponían con todo las fuerzas complementarias del universo. Para Shintoists japonés, las piedras hermosas o inusuales, junto con otros elementos en el ambiente natural tal como el sol y los árboles inusuales, eran el domicilio de fuerzas espirituales de gran alcance o dioses (kami). Como tal, estas piedras eran objetos vivos capaces del crecimiento con un alma o ser interno que requirieron respecto.
Sobre los años desde entonces, las tendencias japonesas han dado vuelta hacia las piedras que son más horizontales, con líneas más simples que representan generalmente varias formas de montañas o de gamas de la montaña. Las rocas chinas del erudito han seguido siendo verdades a los valores originales de piedras verticales con las varias superficies altamente erosionadas. Otras piedras se utilizan en la fabricación de penjing.
El interés actual en las rocas del erudito está siendo renovado por exposiciones de las piedras poseídas por los colectores bien conocidos tales como Ian y Susan Wilson y Richard Rosenblum. Estas exposiciones y su publicidad han tenido un impacto reciente enorme entre los colectores de la roca en el oeste. La gente que era previamente inconsciente de esta forma antigua del arte ha renovado interés en recoger y la exhibición de tales rocas.